lunes, 5 de diciembre de 2011

La causa en el Amor


 Ibn Abbas ¡Dios esté satisfecho de él!, Dijo: “Este es un muerto de amor y, por consiguiente, no hay precio de sangre ni talión”.

Cada cosa, busca su semejante, es así de sencillo, como se expresa el amor. Buscamos lo que se parece a nosotros sin importar las distancia entre los amantes. Allah creo la afinidad, en la cual las almas se ven en partes, pero están unidas en un punto distante, que solo ellas pueden unir con el amor de Allah Subhana wa' ta'ala.

Ibn Hazm tenia razón, al escribir del amor, él dice:  "La mutua antipatía entre los contrarios, la mutua simpatía entre los iguales, el ímpetu que enlaza a las cosas parejas entre sí, son cosas que hallamos bien patentes en nuestro mundo. Pues, siendo esto así, ¿qué no ocurrirá con el alma cuyo mundo es purísimo y etéreo, cuya equilibrada esencia tiende a lo alto, y cuya sustancia está presta a percibir la afinidad y la inclinación, el deseo y la aversión, el apetito y la repulsión?. Bien sabido es, en efecto, que así pasa todo eso a nuestros ojos en todos aquellos estados en que el hombre se desenvuelve y vive. Dios Honrado y Poderoso dice: “El es quién os creó de una sola alma, de la cual creó también a su compañera para que conviviera con el”. Por consiguiente, dispuso que la razón de su convivencia fuera el que Eva procedía de la misma alma que Adán. Si la causa del amor fuese no más que la belleza de la figura corporal, fuerza sería conceder que el que tuviera cualquier tacha en su figura no sería amado, y, por el contrario, a menudo vemos que hay quien prefiere alguien de inferior belleza con respecto a otros cuya superioridad reconoce, y que, sin embargo, no puede apartar de él su corazón. Y si dicha causa consistiese en la conformidad de los caracteres, no amaría el hombre a quién no le es propicio ni con él se concierta. Reconocemos, por tanto, que el amor es algo que radica en la misma esencia del alma. El amor, no obstante, tiene a menudo una causa determinada y desaparece cuando esta causa se extingue, pues quien te ama por algo te desama si ese algo se acaba".

La causa en el amor es importante, pues ¿como equilibrar la causa sin igualdad?, ¿cual es el interés de las almas que se unen? ¿Que pasa si alguna de ellas no comparte esa causa?. El amor se rompe.

Ibn Hazm dice que el amor es valioso por Allah cuando se une por una causa en que ambos ponen en comun, incluso, cuando se comparte el saber que es otorgado a el hombre. También dice que el amor irresistible es producto de esas almas que solo quieren ser unidas por afinidad. Pero también él dice que todo amor, cesa, mengua, cambia o se apaga, aumenta o decae si el motivo o la causa del amor se distancia de las dos almas o de alguna de ellas. 

Hallaremos personas en la cual, el amor a desaparecido y también hallaremos personas en la cual le haremos recordar que el amor se encuentra a dentro, que alguna de las alma tratara de sacar ese sentimiento que quizás no cesa, pero si se apaga. 

Pero no cabe duda que el amor irresistible, descrito por Ibn Hazm es autentico, es una elección espiritual y una fusión  de las almas, pero también se repicaría si esto fuese de esta forma, pues muchos pensaran si el amor del amante es igual al del amado, pues se supone que son almas que estuvieron unidas. Pero Ibn Hazm dice que puede ser un punto, solo un punto, pues ¿que hay del amante quien no corresponde al amor que la otra le tiene?

La respuesta a la pregunta anterior es que, esta alma está rodeada por todas partes de algunos accidentes que la encubren y de velos de naturaleza terrenal que la ciñen, y por ello no percibe la otra parte que estuvo unida con ella, antes de venir a parar donde ahora está. Es una lastima que se busque  tanto crecer virus a un corazón vulnerable, que en contruir escudos que permitan acrecentar el amor entre los amantes. 

Apartando a Ibn Hzm, recuerdo a mi maestro que me dice."Me gusta dar libertades" y ahora lo entiendo, pues cuando el alma del amante esta libre, sabe el lugar donde se encuentra la otra alma con quien estuvo unida y vecina, esa alma libre, que busca su lugar, tiende a ella, la persigue, anhela encontrarse con ella y la atrae a sí, cuanto puede como dice Ibn Hazm: "Como hierro a la piedra Imán" . "La fuerza de la esencia del imán, aunque enlazada con la fuerza de la esencia del hierro, no puede, por su propio impulso y por su impureza, encaminarse hacia el hierro, aunque sea afín suyo y de su mismo elemento, sino que es la fuerza del hierro, por su mayor potencia, la que se encamina hacia su afín y se siente atraída hacia él, ya que el movimiento parte siempre del más fuerte. La fuerza del hierro, abandonada a sí misma y no estorbada de ningún impedimento, busca la unión con su semejante, se dedica por entero a él, y corre hacia él a impulsos de su propia naturaleza y como por necesidad, no por un movimiento voluntario y deliberado"

Las almas puras son aquellas que tienen semejanza o coincidencia de cualidades naturales. Pues conforme sean las semejanzas entre los amantes, mas grande sera la afinidad y mas firme sera el amor.

Como dice el Profeta Muhammad (Paz y Bendiciones sean con Él): “Las almas son como ejércitos puestos en filas, donde los que se reconocen se hacen amigos y los que se desconocen se separan.”

Y Hipócrates cuando le dijeron que un hombre vulgar lo amaba, dijo: “No me amaría, dijo, si no me asemejara a él en alguna de sus cualidades”.

Ibn Hazm dice: "Tocante al hecho de que nazca el amor, en la mayoría de los casos, por la forma bella, es evidente que, siendo el alma bella, suspira por todo lo hermoso y siente inclinación por las perfectas imágenes. En cuanto ve una de ellas, allí se queda fija. Si luego distingue tras esa imagen alguna cosa que le sea afín, se une con ella y nace el verdadero amor; pero si no distingue tras esa imagen a nada afín a sí, su afección no pasa de la forma y se queda en apetito carnal. En todo caso, las formas son un maravilloso medio de unión entre las partes separadas de las almas"

Termino con un poema de Ibn Hazm 

¡Oh esperanza mía! Me deleito en el tormento que por ti sufro. Mientras viva, no me apartaré de ti. Si alguien me dice: “Ya te olvidarás de su amor”, No le contesto más que con la ene y la o.